jueves, 6 de octubre de 2016

Bizcocho jugoso de Coco



Cucu, ¿hola?, ¿hay alguien por ahí? ¡Qué perdida que ando! Y es que llevo más de un año sin publicar, dedicada a mis peques, y por supuesto, en mis pocos ratitos libres a cocinar. 

Vamos a ver si puedo poner en marcha el blog de nuevo, y es que es un pellizquito que llevo dentro. Siempre me ha gustado la idea del blog. Cada uno tiene sus motivaciones, y la mía desde el principio ha sido tener en "la nube", en la red, o accesible desde cualquier sitio mis recetas de cocina. Y si a alguien le gusta algo de lo que hago decirle: "en mi blog tienes la receta". Y si veo una receta que me gusta pero a la que le haría alguna modificación, tenerla escrita bajo mi experiencia. Esa es la esencia del blog: tener recetas que de verdad me gusten accesibles para mi y para quien quiera cocinarlas. Si tengo que dejar de escribir una temporada por cualquier circunstancia, "no pasa nada". Si tengo una receta que me gusta mucho, pero la foto que he hecho no es demasiado bonita, "no pasa nada", la pongo en el blog y cuando tenga otra mejor la cambio. En fin, que quiero que este blog sea algo mío, adaptado a mis circunstancias y a mi nivel fotográfico, pero compartido con todo el que quiera leerlo.

Como los grandes chefs y como los cocineros que solo cocinan en casa pero que sienten una gran pasión por lo que hacen, durante la vida de este blog mi vida gastronómica se ha ido moviendo por distintas facetas. Empecé por los bizcochos, magdalenas y galletas clásicas, sencillas y populares. Me interesé por la gastronomía inglesa / estadounidense, plagada de azúcares y grasas, pero super-vistosa. Volví a los dulces más clásicos, de nuestra tierra, los de toda la vida. Y ahora ando descubriendo el mundo del pan y las masas en general. Y aunque sigo haciendo de todo es ahora esta cocina la que me tiene conquistada. Por ahora no publicaré mucho acerca de panes, pues estoy en fase de aprendizaje y no me veo lo suficientemente capacitada como para publicar fotos de hermosas hogazas, barras con perfectos greñados o pizzas con bordes que te dejen la boca abierta. De hecho, aunque hago masas sabrosas, el aspecto es algo que debo mejorar bastante (y eso es técnica). Pero espero dentro de algunos meses poder comunicaros todo lo que vaya aprendiendo de este tema, que para mí es claro que mejoraré no leyendo libros, sino con decenas y decenas de recetas y pruebas de pan hechas. 

Así es que por ahora sigo con mis recetas sencillas. La verdad es que los dulces con buttercream, glasas, fondant y demás no me atraen nada de nada. Es el SABOR lo que me conquista, no la apariencia. Y este tipo de dulces empalagan y engordan demasiado sin tener un sabor especialmente bueno. 

A todo esto se junta que hay que preparar la merienda de los niños del colegio. Y si llevan dulce, me niego a comprarles dulces industriales o incluso hechos en las panaderías de mi ciudad, que no me dan nada de confianza. Aquí las panaderías de toda la vida han desaparecido, dando lugar a panaderías "semi-industriales" que al final acaban haciendo bollería industrial pero de panadería. Y con lo que a mí me gusta hacer dulces... ¡Quita quita, que ya se los hago yo!.

Y tras este rollo voy con mi receta. Bueno, mía mía no es. La he tomado prestada del blog El Rincón de Mariposa. Hacía tiempo que buscaba una receta de bizcocho de coco, y es gracioso, pero veo muchos bizcochos de coco en grandes superficies y sin embargo no abundan las recetas de este tipo de dulce. Así es que tras buscar un poquito por Pinterest (¡qué vicio, esto del Pinterest!), elegí esta entre unas cuantas y la verdad, creo que no me equivoqué. Solo he cambiado un par de cosas de la receta, pero en esencia es igual. En mi familia ha encantado, de verdad, y sé que voy a repetirla bastantes veces. 

Si optáis por la opción de bañarlo un poquito en almíbar el bizcocho queda mucho más jugoso y además mejora con los días, pues se va humedeciendo en vez de resecarse. Pasados un par de días desde que lo "bañamos" está en su momento óptimo para comer. Aunque recién hecho tampoco tiene desperdicio... Os lo recomiendo.





INGREDIENTES (para un molde de 24 cm.):
  • 3 Huevos
  • 150 grs. de Azúcar (en la receta original 200 grs.)
  • 50 grs. de Aceite de Oliva
  • 50 grs. de Aceite de Coco (si no tenéis, que es lo más normal, poned de Girasol AOVE)
  • 170 grs. de Harina
  • 2 Yogures Naturales o de Coco
  • 125 grs. de Coco rallado
  • 1 sobre de Levadura (tipo Royal)
  • 1 pizca de Sal

Para el baño de almíbar (opcional):
  • Azúcar
  • Misma cantidad de Agua
  • Coco rallado (para espolvorear)


Podemos empezar de 2 formas diferentes. El resultado es igual de bueno: 
  • Opción 1: Con una batidora de varillas montar las Claras a punto de nieve con la Sal y reservar. Limpiar y secar muy bien las varillas. Montar también las Yemas con el Azúcar hasta que blanqueen.
  • Opción 2: Montar los Huevos con el Azúcar y al final añadirle la Sal (así lo hice yo, pues es más rápido y ensucias menos cacharros).

Añadimos el Yogur, el Aceite y el Coco (a las Yemas batidas o a los Huevos montados en su caso) y movemos muy suavemente para no bajar la mezcla.

Incorporamos la Harina tamizada con la Levadura y mezclamos con una espátula con movimientos envolventes. Si hemos optado por la Opción 1 es el momento de añadir las Claras montadas e incorporar con mucho cuidado de la misma forma que hemos hecho con la harina.

Precalentamos el horno a 180º C. Introducimos el bizcocho y horneamos durante unos 30 minutos (pueden ser más). Como siempre os digo, a mitad de la cocción id mirando, y si veis que se dora demasiado por arriba pero no está hecho por dentro aún, tapadlo con papel aluminio o una lámina de teflón y dejadla encima hasta el momento de sacar del horno.

Para realizar el baño de Almíbar ponemos en un cazo la misma cantidad de Agua y de Azúcar. Calentamos y llevamos a ebullición hasta que veamos que los granitos de azúcar desaparecen y queda todo bien integrado. No hace falta hervir más. Cortamos el fuego y dejamos templar un poco. Con una cuchara, o si tenemos buen pulso desde el cazo directamente (necesitamos mojarlo con un hilo de almíbar), vamos humedeciendo el bizcocho. No hace falta empaparlo demasiado sino solo añadir una cantidad de almíbar suficiente para que quede más jugoso por dentro. También nos servirá para que el coco quede mejor adherido.

Esperamos 3-4 minutos y espolvoreamos con Coco rallado al gusto.

* Si veis la foto observaréis que el coco no se ve blanco blanco, pues el almíbar le da este color. Si queréis que se quede blanco tenéis dos opciones: no hacer el baño de almíbar o añadirlo justo antes de "echar la foto" o servirlo.

1 comentario:

  1. Tengo un tarro de coco que me ruega que lo utilice, así que habrá que probar este bizcocho con tan buena pinta

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