jueves, 19 de febrero de 2015

Alfajores de Maicena




Esta noche Enrique ha dormido 6 horas seguidas sin decir "esta boquita es mía", así es que me he levantado con las pilas puestas y deseando añadir una nueva receta al blog. Y es que llevo un par de semanas que cocino mucho. Estar en casa de continuo, aun con el trabajo que dan los peques, te deja algunos huecos para ir preparando alguna que otra cosilla. También el hecho de desayunar aquí todos los días motiva a hacer algún desayuno rico rico y así no tener que recurrir a bollería comercial o a cualquier otro "engorde" que no sea casero: "si vamos a echarle calorías al cuerpo, por lo menos que sean de confianza". 

Y como en otras recetas mi "inspiración" es abrir el armario despensero y decir: "uy, ésto hay que gastarlo". Y en este caso ocurrió al ver 3 cajas de Maizena ("yo no sé cómo han llegado aquí"), unido al deseo que tengo desde hace años de preparar unos alfajores argentinos, que he probado en alguna ocasión y me han encantado. Son unas galletas muy especiales, con un sabor muy diferente. Destaca la suavidad del alfajor por la Maizena (que cosa más fina al paladar, ¡por Dios!), y la mezcla de sabores del dulce de leche y el coco. Es una combinación deliciosa y no sé por qué tienen un sabor muy casero, distinto a las galletas comerciales. Ya tengo en mente hacer para la próxima los del tipo "Havanna", cubiertos de chocolate...: perdición total.

Pero bueno, empecemos por los básicos. De verdad que me han encantado y la receta que he encontrado (y la que más me ha convencido de un montón que he "estudiado") creo que se ajusta mucho al sabor que recordaba de este dulce: ni le pondría ni le quitaría nada. ¡Son espectaculares!

INGREDIENTES (para unos 25 alfajores, 50 galletas):

  • 150 grs. de Mantequilla a temperatura ambiente
  • 100 grs. de Azúcar
  • 4 Yemas de Huevo
  • 250 grs. de Maizena
  • 100 grs. de Harina
  • 2 cucharadas de Coñac
  • 1 cucharadita de Levadura
  • La ralladura de un Limón
  • 1/2 cucharadita de Sal
  • 1 bote de Dulce de Leche
  • Coco rallado

Tamizamos la harina, la Maizena, la levadura y la sal. Reservamos.

Batimos la mantequilla con el azúcar unos minutos hasta que quede cremosa y en pomada. Vamos añadiendo las yemas una a una de la siguiente manera: añadimos la yema, batimos hasta que quede bien integrada y así hasta terminar con las 4. Añadimos la ralladura del limón y el coñac e integramos.

Vamos añadiendo la mezcla de harina poco a poco, como en 3 veces: añadimos harina y con una lengua integramos envolviendo la mezcla, sin batir ni mezclando de forma brusca. Así hasta que terminemos con toda la harina. Envolvemos la masa en papel film e introducimos en la nevera sobre unos 30 minutos (si tenéis más prisa podéis hacer una plancha con la masa, envolverla en film y al congelador unos 10-15 minutos).

Precalentamos el horno a 180º C.

Para darles forma debemos preparar antes "la infraestructura". Para mí lo más cómodo es pegar con un poco de aceite papel film a la encimera de la cocina, es decir, "forrarla" con el plástico. Sobre ella estiramos la masa poniendo encima de la misma otro trozo de papel film y estirando con el rodillo por encima. Nos debe quedar de un grosor de unos 4-5 mm. Con un cortador redondo de 5 cm. de diámetro vamos cortando galletas. Repetimos la operación hasta terminar con la masa. 

Introducimos en la parte de enmedio del horno, sobre un papel de cocina, y horneamos sobre  unos 12 minutos. Nos parecerá que las galletas están crudas porque siguen blanquitas pero habrán perdido el aspecto de crudas, pero si las miramos por debajo veremos que están un pelín doradas

Dejamos enfriar. Rellenamos con dulce de leche de forma generosa. Si podemos dejamos reposar hasta la mañana siguiente para que el dulce de leche se asiente. Con la parte de atrás de una cuchara o un pincel pintamos los bordes del alfajor con dulce de leche y pasamos los laterales con coco rallado.

Mi hija probó a rellenarlas de Nutella y también estaban bueníiiisimas, aunque no sean auténticos alfajores...



martes, 10 de febrero de 2015

Cheesecake de Fresas y Oreo y... Enrique




Últimamente cada vez que pongo una entrada tengo que pediros disculpas por el tiempo entre una y otra. Se va volviendo una costumbre... Y es que cada vez ando más liada. Aunque esta vez el motivo es de peso... Bueno mucho peso no, solo 2,650 kilitos y se llama Enrique.

Enrique es mi tercer hijo. Abrió los ojitos el 4 de enero y es la cosa más bonita del mundo. Aunque ya cuento con la experiencia de dos hijos mayores no deja de caerseme la baba cada vez que lo miro, lo cojo en brazos o le doy de mamar... Es la ternura hecha bebé. 

Como os podréis imaginar no es que tenga mucho tiempo para dedicarle a la cocina, y por tanto al blog menos aun. Pero precisamente por eso, siempre que me deja un ratito libre me meto en la cocina a dar salida a alguna de esos cientos de recetas que tengo en mis tableros de Pinterest y que estoy deseando hacer.

Y en esta ocasión estamos hablando de una tarta muy especial... ¡La tarta de mi 40 cumpleaños! Sí, sí, ¡40!. Aunque me veáis tan joven y lozana en la foto de portada (en esa tenía 5 años menos) acabo de cumplir la temida cifra. Y ocasión tan especial requiere una tarta a la altura. Elegida por mi hija al decirle que me gustaban las tartas de queso, de chocolate y de frutas. Esta receta del blog de Barbara Bakes combina todos esos ingredientes y el resultado es... ¡¡Increible!! Entra directamente en el Top 5 de mis tartas favoritas. El conjunto de las 3 capas es... ¡delicioso! Destaco la cremosidad de la capa de queso y el delicioso sabor del sirope de fresa con la que la "regamos". Y lo digo en plural porque fue un trabajo en pareja: en este caso Fernando y yo colaboramos para hacer estar exquisita receta. 

Estamos en temporada de fresas... ¡no la dejéis para el año que viene!


INGREDIENTES (para un molde de 23 cm., y entre paréntesis para un molde de 26 cm.)

Para la Base:

  • 2 (3) paquetes de Galletas Oreo (sin la crema del centro, una pena, pero no la vamos a usar...)
  • 55 (70) grs. de Mantequilla derretida
  • 2 (3) cucharadas de Azúcar
Para el Cheesecake:
  • 900 (1200) grs. de Queso de untar (tipo Philadelphia) a temperatura ambiente
  • 350 (450) grs. Azúcar
  • 3 (4) cucharadas de Harina
  • 1/4 (1/4) cucharadita de Sal
  • 4 (6) Huevos grandes
  • 2 (2) Yemas
  • 1 y 1/2 cucharaditas de Extracto de Vainilla o un sobre de Azúcar Vainillado
  • 60 (75) grs. Nata
Para la capa de Fresas:
  • 1 taza (1 tazón) de Fresas congeladas (descongelarlas para la receta)
  • 1 (1,5) kg. de Fresones
  • 3 (4) cucharadas de Agua
  • 2 (3) cucharadas de Azúcar
  • 1 (1,5) cucharadita de Maizena

Precalentamos el horno a 160º C. Introducimos en el horno algún cacharro, fuente... con agua, en la que poder poner al baño maría posteriormente el molde que vayamos a usar. Tenemos que asegurarnos que el molde que usemos para nuestro cheesecake no va a dejar pasar el agua, pues se nos mojaría la tarta. En mi caso no tenía ninguno y lo hornee con una bandeja en el fondo del horno con agua para que diera humedad, pero sin  poner al baño maría mi tarta.

Trituramos las galletas Oreo con la Thermomix o en su defecto introduciendo las galletas en una bolsa con cierre y "machacando" con un rodillo de cocina o cualquier otro utensilio que nos pueda servir. Añadimos la mantequilla derretida y el azúcar. Engrasamos las paredes del molde e introducimos la mezcla anterior en la base. Presionamos bien para que quede firme y bien asentado.

En un bol grande batimos el queso de untar, el azúcar, la harina y la sal hasta que quede una mezcla cremosa. Si usamos un robot lo pondremos a velocidad lenta. Añadimos uno a uno los huevos y las yemas, no añadiendo otro hasta que el anterior no quede bien integrado. Agregamos la vainilla y la nata.

Introducimos la mezcla en el molde y horneamos al baño maría a la misma temperatura (160ºC) durante unos 70-80 minutos. Debemos pinchar con un palito para ver que el centro no quede crudo. No os preocupéis si quedan marcas al pinchar o si al hornear nos salen grietas, pues con la capa de fresas quedará todo tapado. Una vez apagado el horno dejamos dentro con la puerta entornada unos 10 minutos más para que no se nos enfríe muy deprisa. Después sacamos y dejamos reposar otros 10 minutos antes de desmoldar. Dejamos enfriar y cuando haya perdido el calor la tapamos con film y la enfriamos en la nevera al menos 3 horas, aunque de un día para otro gana muchísimo.

Para hacer el sirope de fresa batimos muy bien las fresas descongeladas con las 3 cucharadas de agua. Pasamos por un colador para quitar las pepitas y que nos quede un puré fino. En un bol aparte mezclamos bien la Maizena y el azúcar. Añadimos al puré de fresas y cocinamos a fuego medio hasta que la Maizena haga su efecto y espese la mezcla. Enfriamos la mezcla y pasamos a un biberón.

Emplatamos la tarta antes de decorar. 

Quitamos los rabitos a los fresones cortando con un cuchillo para dejarlos planos por la base y que no se nos caigan al ponerlos sobre la tarta. Cubrimos con ellos bien todo el cheesecake y regamos con el sirope de fresa justo antes de servir.