jueves, 20 de febrero de 2014

Pan de Molde - Pain de Mie



¡Ay el mundo del pan! Me tiene loca. Venga a ver recetas y todas las quiero hacer. La única pega es que por temas de línea tenemos la muletilla de "no como pan que engorda". No como pan, no, pero tengo un blog de cocina lleno de recetas dulces e hipercalóricas que "la flipas". Eso sí, caseras caseras. 

Las contradicciones de la vida y de las dietas: sacarina para el zumo de naranja..., pero con unas galletitas para acompañar; filetito a la plancha para comer..., pero cuando termino, oye, que tengo ganas de un cuadrito (o dos) de chocolate; pan integral en el desayuno..., pero con unas rodajas de salchichón; ensalada a diario para comida y cena..., pero con un dedo de aceite de oliva virgen extra que le da un gusto muy bueno... Estas son algunas de mis contradicciones. Así es que, pensándolo mejor, ¡que viva el pan! Que me encanta hacerlo y a toda la familia comerlo. Y si acaso le ponemos un poquito de pavo y lechuga y así compensamos, y que vivan estas contradicciones que le dan su puntito a la vida.

Y ahora me centro en la receta, que me ha encantado. Quería hacer pan de molde, para mis desayunos en la oficina, y como era la primera vez había que elegir una receta con la que ir "A LO SEGURO". Entonces no hay duda: Ibán Yarza, el panarra más dicharachero. Con él da gusto probar cualquier receta, todo parece fácil y todo es delicioso. La receta es de "El foro del Pan", un foro muy bien estructurado en el que aprendes mucho no, TODO del mundo del pan. Con muy poco trabajo obtuve un pan de molde muuuuy bueno. Si le quitas la corteza parece pan de los comprados (la corteza no es tan tierna como las de los panes comerciales, aunque tampoco es dura). De verdad que pienso repetir, eso sí, ahora versión integral o multicereales. Ya la veréis por aquí. 

Os recomiendo este pan: requiere poco trabajo, poca destreza, no demasiado tiempo (15 minutillos de amasado como mucho) y el resultado de verdad es genial. Ha durado solo un par de días en casa. Y conservantes: cero patatero. Eso sí, cada día va perdiendo "ternura", por lo que recomiendo congelarlo a rebanadas si no vais a gastarlo en un par de días.




INGREDIENTES (para un molde de 26 cm.):
  • 420 grs. de Harina Panadera o de Fuerza
  • 168 grs. de Agua
  • 84 grs. de Leche
  • 21 grs. de Azúcar
  • 8 grs. de Sal
  • 8 grs. de Levadura seca de panadero
  • 41 grs. de Mantequilla 

Mezclamos todos los ingredientes a excepción de la mantequilla y amasamos unos 5 minutos. Yo suelo dar un primer amasado con mi Kitchen Aid (para evitarme el momento "lo que se pega esto") y cuando está todo bien mezclado voy amasando a mano, que es un placer..., cuando no se pega.

Incorporamos la mantequilla a temperatura ambiente en el centro de la masa hecha trocitos y envolvemos con la masa. Amasamos unos 10 minutos hasta que se incorpore por completo a la masa y se integre con los ingredientes que ya estaban amasados. Debe quedar una masa lisa y brillante.

Introducimos en un bol enharinado, tapamos con un paño de cocina y dejamos levar hata que doble su volumen: en sitios cálidos bastará una hora y en pisos "de no ir en manga corta", como el mío (unos 19ºC) tardará un par de horas. Igualmente siempre podéis aprovechar lugares más cálidos para dejar levar: cerca de un radiador o brasero, en un cuarto más calentito, encima de la nevera o junto algún electrodoméstico que desprenda algo de calor...

Ahora debemos "desgasar" la masa, es decir amasarla un poquito pero solo para quitarle las burbujas. No es un amasado en toda regla, solo "quitarle los agujeros de aire" que se producen por el levado. Dejamos reposar otros 5-10 minutos para que la masa se relaje. 

Untamos el molde con mantequilla o le hacemos una funda con papel de horno (yo lo hice así para poder sacarlo rápidamente del molde y darle el toque final de horneado). Damos forma al pan (podéis ver este vídeo que explica como) o hacer dos o tres bolitas del mismo tamaño y colocarlas dentro del molde, con los pliegues (si los tiene) hacia abajo. Dejamos reposar sobre una hora, hasta que la masa haya doblado su volumen, ojo con no pasarnos. En mi caso podéis ver dos hoyitos que tiene el pan: me fui a la calle a hacer unos recados y cuando volví me había pasado de fermentación, metí el dedito para ver qué tal estaba y no volvió a subir, o sea, sobrelevado :-(

Precalentamos el horno a 190ºC y horneamos durante 35-40 minutos. Vigilad el color del pan. Cuando adquiera el tono que os guste tapadlo con papel de aluminio, con esto evitaréis que se dore más de la cuenta. A partir de los 25-30 minutos podemos sacar el pan del molde y hornearlo tal cual dentro del horno. Obtendremos un tono más uniforme.

Cuando saquéis el pan del horno veréis que la corteza está un poco dura, pero cuando se enfríe quedará más blandita, como unas "medias noches". 

Degustar solo, relleno, tostado, con ingredientes dulces o salados... Da mil posibilidades. Aquí lo tenemos con mantequilla y unas rodajitas de salami..., ¡toma ya!.


martes, 4 de febrero de 2014

Galletas "semi-integrales" de naranja y chocolate


¡Lo que me gusta una galleta casera! Es un mundo totalmente distinto al de las galletas comerciales, parece otro producto. Y anda que no hay tipos. Yo creo que si hiciera una cada día durante el resto de mi vida de todos los recetarios que tengo no lograría acabarlos. 

Tenemos las pastas, las cookies, las rellenas, las de pistola, las cortadas, las galletas con glasa, las especiadas, las integrales, aparte de las especialidades internacionales..., y porque no sigo, que esto es una lista interminable. 

Solo tienen una pequeña pega: engordan. Aparte de eso cada vez leemos más acerca de lo insano del azúcar y las harinas blancas y que son mejores los productos integrales.

Así es que he decidido adaptar los ingredientes (vamos, que he hecho unas galletas distintas) de una receta del "Libro de Oro de las Galletas" y he obtenido unas galletitas..., ¡que han durado dos días! Y solo somos 3 comedores de galletas en casa. El gusto a naranja es muy especial y tengo que agradecer a Rafa y a Nati su aportación: unas naranjas de sus propios naranjos que aportan un aroma que no puede compararse ni de lejos con las naranjas "enceradas" que compramos en tiendas y grandes superficies. 

Con esto no quiero decir que no engorden (si alguien encuentra una receta de galletas tan light como comerse una manzana que me la cuente), pero al menos incorporan ingredientes integrales muchos más sanos y parece que la conciencia se queda un poco más tranquila: así están más justificadas. Por cierto, el regusto integral no se nota nada de nada. Las próximas en vez de semi serán integrales 100%

La mezcla de chocolate y naranja es muy muy especial, recuerda al sabor de las Pim's. ¡Animaros!


INGREDIENTES (para unas 20 galletas):

  • 100 grs. de Harina
  • 125 grs. de Harina Integral
  • 1 cucharadita de Levadura
  • Una pizca de Sal
  • 125 grs. de Mantequilla a temperatura ambiente
  • 50 grs. de Azúcar
  • 50 grs. de Azúcar Moreno
  • Ralladura de una Naranja
  • 1 Huevo L
  • 3 cucharadas de Copos de Avena
  • 150 grs. de Gotas de Chocolate
  • 2 cucharadas de Leche

Precalentamos el horno a 190ºC.

En un bol mezclamos los dos tipos de harina con la levadura y la sal. Reservamos.

Con una batidora de varillas o robot batimos la mantequilla con los dos tipos de azúcar y la ralladura de naranja hasta que quede cremosa. Si la mantequilla no está lo suficientemente atemperada en vez de una crema nos quedarán grumos. Deberíamos acercarla a un sitio más cálido para que alcance los 21º-23ºC.

Añadimos a la mezcla de mantequilla un huevo batiéndolo solo lo justo para integrar.

Mezclamos con las harinas, avena y chocolate hasta que quede una masa uniforme y bien integrada. 

Sobre una bandeja de horno cubierta con papel de hornear vamos depositando bolas de la masa del tamaño de una albóndiga pequeñita y "espucharrando" un poco con la mano para que quede más plana. Dejaremos algo de separación entre ellas. 

Horneamos entre 10-15 minutos hasta que veamos que empiezan a dorarse. 

Enfriamos sobre una rejilla y en cuanto dejen de quemar empezamos a comer. Luego es un no parar...